Eso de llevar una dieta sana, variada y equilibrada ya lo tenemos más que aprendido, pero ¿lo ponemos en práctica?, ¿qué hábitos alimentarios debemos seguir para mantener una vida saludable que perdure en el tiempo? En el marco del Día Mundial de la Salud de este 2023, te damos todas las claves para empezar a adoptar hábitos que te permitan alcanzar un equilibro para estar sano en tu día a día.

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La importancia de incorporar hábitos en la alimentación para una vida saludable

El concepto de vida saludable va más allá del aspecto físico. Se trata de un conjunto de hábitos que mejoran nuestra calidad de vida y minimizan la posibilidad de sufrir lesiones o enfermedades. Y es que el incremento de las enfermedades derivadas de la obesidad y otros trastornos alimentarios han provocado también una reflexión social al respecto. Hoy en día, se tiene más conciencia sobre esta nueva dimensión de la gravedad del sedentarismo y de una mala dieta.

Todo este nuevo entorno ha generado un aumento considerable de gente que acude a profesionales expertos en nutrición y deporte. Ante la imposibilidad de gestionar sus propios hábitos, la personas buscan un nutricionista deportivo para que les asesore y les ayude a conseguir unos hábitos saludables acordes con su ritmo de vida.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cardiovasculares y el cáncer”.

Por ello, aplicar unos hábitos alimentarios saludables es fundamental para mantener unas buenas condiciones de salud. ¿Sabes qué pautas debes tener en cuenta para que tu dieta sea adecuada? ¡Sigue leyendo!

4 hábitos alimentarios para una vida saludable

La sociedad empieza a asumir que un estilo de vida saludable es necesario para el bienestar personal. Todos sabemos que una dieta equilibrada y una actividad física regular son la base de una rutina sana. Sin embargo, uno debe ser constante para adquirir e interiorizar estos hábitos. La falta de motivación y de tiempo son los dos factores principales contra los que muchos debemos luchar. Por esta razón, el perfil del nutricionista deportivo se ha convertido en uno de los más demandados en los últimos años.

Hay muchos factores que influyen directamente en nuestra alimentación. La cultura, el círculo social, la publicidad, las propias preferencias a la hora de comer, la facilidad para obtener según qué tipos de alimentos, su precio, etc. Si a esto le añadimos la conocida falta de tiempo, comer bien no resulta tan fácil. Por lo tanto, caer en el consumo de productos precocinados, comida rápida y alimentos procesados es muy habitual.

No obstante, también se ha generado una tendencia a practicar deporte de forma habitual. No obstante, muchas personas no conocen cómo deben combinar su dieta con la actividad física que realizan. La relación perfecta entre alimentación y deporte es la clave para alcanzar un estilo de vida sano y adaptado a las necesidades personales de cada uno. A continuación, te damos cuatro tips fundamentales para alcanzar este equilibrio.

Enriquece la dieta con frutas y verduras

Una de las bases para seguir unos hábitos alimentarios saludables es enriquecer tu dieta mayoritariamente con frutas, verduras y hortalizas. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Incorpora frutas y vegetales en todas tus comidas (deberías comer al menos unos 400 gramos o cinco porciones al día de frutas y verduras).
  • Como tentempié o picoteo prioriza comer frutas frescas y verduras crudas.
  • Opta por alimentos de temporada y dale variedad a tu dieta diaria.

Reducir al máximo el consumo de azúcares libres

La OMS advierte que, niños y adultos, deben reducir a menos del 10% la ingesta de azúcares libres sobre la ingesta calórica total. De hecho lo ideal sería aproximarse al 5% para obtener mayores beneficios en la salud. Para hacerlo, deberás incorporar estos hábitos alimentarios saludables:

  • Limitar el consumo de alimentos y bebidas de alto contenido en azúcares (bebidas azucaradas, refrescos, zumos, aperitivos, golosinas, bollería, ultraprocesados…).
  • Priorizar el azúcar natural de las frutas por encima del consumo de productos con azúcares añadidos y refinados.
  • Conocer el valor nutricional de los alimentos para tomar decisiones más conscientes.

Control de las grasas

Las grasas son nutrientes esenciales de la dieta, pero su consumo debe ser moderado (sin superar el 30% de la ingesta calórica total) y, sobre todo, debemos enriquecer la dieta con aquellas grasas que sean más saludables, como las que proceden del aceite de oliva, del aguacate o de los frutos secos, por ejemplo.

Asimismo, es importante que el consumo de grasas saturadas represente menos del 10% y que las grasas procesadas no superen el 1% de la ingesta de calorías diaria.

Menos de 5 gramos de sal diarios

La media de consumo de sal se sitúa entre los 9 y 12 gramos de sal diarios. Un dato alarmante, ya que la recomendación es tratar de consumir menos de 5 gramos de sal al día (una cucharadita aproximadamente), preferiblemente yodada.

En contraposición, tenemos como asignatura pendiente incrementar el potasio, ya que un consumo excesivo de sal y uno reducido en potasio puede contribuir a sufrir enfermedades coronarias, accidentes cardiovasculares e hipertensión arterial, entre otras.