La vitamina D es esencial para una buena salud ósea y un sistema inmunológico fuerte. Sin embargo, la deficiencia de esta vitamina es un problema común en todo el mundo, especialmente en personas mayores y en aquellos que tienen poca exposición al sol o una dieta deficiente. La vitamina D también juega un papel importante en muchos otros procesos corporales, y la falta de ella puede tener varias repercusiones en la salud. En este artículo, exploraremos algunas de las consecuencias de tener bajos niveles de vitamina tipo D y cómo se puede aumentar para mantener una buena salud en general. ¡Sigue leyendo!

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¿Para qué sirve la vitamina D?

Este nutriente es esencial para mantener una buena salud ósea, muscular e inmunológica, así como para reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar el bienestar emocional. A continuación se presentan algunas de las funciones principales de la vitamina tipo D en el organismo:

  • Mantenimiento de huesos y dientes fuertes. Ayuda al cuerpo a absorber y utilizar el calcio y el fósforo, minerales necesarios para la formación y mantenimiento de los huesos y los dientes.
  • Función muscular. Es importante para la función muscular adecuada, incluyendo la fortaleza muscular y la coordinación.
  • Regulación del sistema inmunológico. Facilita la regulación de la respuesta del sistema inmunológico a las infecciones y otras enfermedades.
  • Reducción del riesgo de enfermedades crónicas. Se ha demostrado que los niveles adecuados de vitamina D pueden ayudar a reducir el riesgo de ciertas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer.
  • Mejora del estado de ánimo. Puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de depresión.

¿Qué nivel es preocupante?

La vitamina de clase D tiene un papel fundamental en el metabolismo del calcio y de los huesos. Por ello, los valores normales son 75-100 nmol/L (30-40/ml). Ahora bien, si considera que hay deficiencia de cuando los niveles de suero de la hidroxivitamina D son menores a 50nmol/L (20 ng/ml), una insuficiencia de 50-75 nmol/L (20-30 ng/ml).

Es importante tener en cuenta que los niveles de vitamina D pueden variar según la edad, la ubicación geográfica, la época del año, la exposición al sol, la dieta y la salud en general. Por lo tanto, es importante consultar a un médico para evaluar los niveles en sangre y determinar si son preocupantes y si se necesita algún tipo de tratamiento o suplementación multivitamínica.

¿Qué causa la vitamina D baja?

Hay varias razones por las cuales una persona puede tener niveles bajos de vitamina D en el cuerpo, entre las cuales se encuentran:

  • Poca exposición al sol. Este nutriente es producido por el cuerpo cuando la piel es expuesta a la luz solar. Si no se pasa suficiente tiempo al aire libre o si la piel está siempre cubierta con ropa protectora, esto puede reducir su producción.
  • Una dieta pobre en vitamina D. La vitamina tipo D se encuentra naturalmente en algunos alimentos, como el pescado graso (salmón, atún, sardinas) y las yemas de huevo. También puede ser fortificada en ciertos productos, como la leche y los cereales. Si no se consume suficiente cantidad de alimentos ricos en este nutriente, si tendrá vitamina D baja.
  • Problemas de absorción. Algunas personas pueden tener dificultades para absorberla debido a ciertas afecciones de salud, como enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria del intestino o cirugía bariátrica.
  • Envejecimiento. A medida que envejecemos, nuestro cuerpo se vuelve menos eficiente en la producción de vitamina D a través de la exposición al sol.
  • Obesidad. Esta vitamina se almacena en la grasa corporal, lo que puede reducir la cantidad disponible en el torrente sanguíneo en personas obesas.
  • Problemas de riñón o hígado. Los riñones y el hígado son importantes para la conversión de la vitamina en su forma activa en el cuerpo. Si hay problemas de funcionamiento en estos órganos, esto puede contribuir a su deficiencia.

¿Qué problemas genera la vitamina D baja?

La vitamina D baja puede provocar una pérdida de densidad ósea, lo que puede llevar a sufrir osteoporosis y fracturas de huesos. Además, una deficiencia severa puede conducir a otras enfermedades como el raquitismo. En niños, esta enfermedad hace que los huesos se vuelvan blandos y se doblen. En adultos, la carencia de esta vitamina conduce a la osteomalacia, que causa huesos débiles, dolor en los huesos y debilidad muscular.

No obstante, se ha demostrado que la deficiencia de esta vitamina aumenta el riesgo de ciertas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, diabetes y algunos tipos de cáncer. Incluso, se ha relacionado con una mayor incidencia de depresión y otros trastornos del estado de ánimo.

¿Cómo aumentarla en el organismo?

Se puede obtener vitamina D a través de la piel, de la dieta y con suplementos. El cuerpo produce vitamina D naturalmente después de exponerse a la luz del sol. Sin embargo, demasiada exposición al sol puede ocasionar envejecimiento de la piel y, en ocasiones, cáncer. Por ello, se puede complementar su ingesta mediante el consumo de alimentos como:

  • El pescado graso como el salmón, el atún y la caballa.
  • El hígado de vaca.
  • Los lácteos.
  • Los hongos.
  • La yema de huevo.