El sol puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo, dependiendo de cómo cuides tu piel. Sabemos que usar protector solar no es opcional, pero con tanta oferta en el mercado normal preguntarse: ¿cuál me conviene? Si alguna vez has sentido que necesitas un diccionario solo para entender las etiquetas de los solares, no te preocupes, ¡estás en el sitio indicado! Hoy te explicamos los diferentes tipos de protectores solares, cuál es la diferencia entre el filtro UV y el FPS, y cómo saber qué tipo debes usar según tu piel. Prepárate para salir al sol con toda la confianza y protección que mereces.
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Índice de contenidos
¿Qué tipos de protectores existen?
En el mercado actual existen varios tipos de protectores solares, y no todos funcionan de la misma manera. Algunos actúan como barrera física, otros como filtro químico, y también hay distintas presentaciones según la necesidad de cada persona. Aquí te lo explicamos de forma simple:
- Protectores físicos o minerales. Contienen ingredientes como óxido de zinc o dióxido de titanio. Reflejan los rayos UV como si fuera un espejo. Ideales para pieles sensibles o con alergias.
- Protectores químicos. Absorben los rayos UV y los transforman en calor. Son más ligeros, fáciles de aplicar y muy comunes en el mercado.
- Protectores solares con color. Además de protegerte del sol, unifican el tono de tu piel. Perfectos para el día a día si no usas base de maquillaje.
- Protectores resistentes al agua. Diseñados para quienes hacen deporte o pasan tiempo en la playa o piscina. Resisten el sudor y el agua, aunque siempre hay que reaplicar.
- Protectores en spray, crema, gel o barra. Cada textura tiene sus ventajas. Los sprays son cómodos para aplicar en el cuerpo, mientras que las cremas y geles se prefieren para el rostro.
- Protectores solares para infantes. Suelen ser físicos, hipoalergénicos y muy resistentes al agua, cuidando al máximo la piel de los/as más pequeños/as.
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¿Qué es mejor, el filtro UV o el FPS?
Aquí viene una pregunta muy común: ¿es más importante el filtro UV o el FPS? La respuesta corta es: ambos son esenciales, pero cumplen funciones diferentes. El filtro UV indica el tipo de rayos solares que el protector bloquea. Los rayos UVA penetran más profundamente en la piel y están relacionados con el envejecimiento prematuro, mientras que los UVB son los responsables de las quemaduras solares. Es importante que el protector indique protección UVB + UVA (o “de amplio espectro”).
El FPS (Factor de Protección Solar) indica cuánto tiempo puedes estar expuesto al sol sin quemarte. Por ejemplo, si sin protección tu piel se quema en 10 minutos, con un FPS 30 podrías estar teóricamente 30 veces más (es decir, 300 minutos) antes de quemarte. Pero ojo, esto depende de muchos factores como la sudoración, el tipo de piel o si te has bañado. Por eso, aunque un protector tenga FPS alto, reaplicarlo cada 2 horas sigue siendo clave.
¿Cómo saber qué tipo de protector solar debo usar?
Saber cuál de los tipos de protectores solares debes usar es importante, ya que no todos funcionan igual en todas las personas. Usar el incorrecto puede causar problemas y desprotección frente al sol. Aquí te dejamos una guía para saber qué tipo de protector solar usar, según tu caso:
- Piel seca. Si tu piel se siente tirante o escamosa, busca protectores solares con ingredientes hidratantes como ácido hialurónico, manteca de karité o aceites vegetales. Los protectores en crema son tu mejor aliado, ya que nutren y protegen al mismo tiempo.
- Piel grasa o con acné. Necesitas un protector con textura ligera, que no obstruya los poros. Los protectores tipo gel, fluido o en formato oil-free con acabado mate son ideales. Busca etiquetas que digan no comedogénicos y libre de aceites.
- Piel mixta. Esta piel es complicada porque mezcla zonas grasas (zona T) y otras más secas. En este caso, puedes optar por protectores solares de textura fluida o “toque seco”, o incluso combinar diferentes productos según la zona. Los solares con color también son una buena alternativa para unificar el tono sin recarga.
- Piel sensible o alérgica. Aquí lo mejor son los protectores físicos o minerales, ya que reflejan los rayos solares sin absorberlos. Busca fórmulas sin perfumes, alcohol ni colorantes. Ingredientes calmantes como la avena o la niacinamida pueden marcar la diferencia.
- Piel madura. Además de protegerte del sol, tu piel necesita ingredientes que combatan los signos del envejecimiento. Elige protectores solares con antioxidantes, vitamina C, ácido ferúlico o incluso colágeno. Los solares con efecto “anti-age” hidratan, protegen y mejoran la textura con el uso diario.
- Piel infantil. Los protectores solares tienen fórmulas especiales, con alta resistencia al agua y sin ingredientes irritantes.
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Y recuerda, si tienes una condición específica como rosácea, manchas, melasma o haces tratamientos cosméticos (como peelings o láser), lo ideal es consultar con un dermatólogo para recibir una recomendación profesional. En cualquier caso, lo más importante es que tu protector solar sea de amplio espectro, tenga FPS 30 o más, y que lo apliques todos los días, incluso si está nublado.