El bienestar físico se define como la capacidad que tiene una persona para fortalecer y cuidar su cuerpo. Uno de los objetivos que solemos marcarnos a menudo es mejorarlo, y para ello existen diversas estrategias que pueden ayudarnos. ¿Cuáles son y cómo se implementan? Te lo contamos a continuación; ¡quédate con nosotros para descubrir todo lo que necesitas saber para tener un mayor bienestar físico en 2024!

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¿Qué es el bienestar físico?

El bienestar físico se da cuando la persona siente que ninguno de sus órganos y funciones está dañado. La persona debe ser capaz de funcionar de manera eficiente y responder a los desafíos que le plantea su día a día. Esta descripción encaja con la definición de la OMS de la salud, que entiende que es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedades”.

Un ejemplo de bienestar físico lo encontramos en una persona de la tercera edad que se mantiene en forma y puede realizar sus tareas diarias de manera autónoma. Es posible que no cuente con la misma habilidad y la misma fuerza de antes, pero dispone de la capacidad para hacer frente a los retos que le plantea su rutina.

Tipos de bienestar

Podemos diferenciar entre 7 tipos de bienestar, los cuales engloban todas la áreas que influyen en la vida de una persona. Así, las clases de bienestar que existen son:

Bienestar físico

Este, como comentábamos, es la capacidad del cuerpo para afrontar nuestras necesidades individuales. Puede que una persona con un problema en la espalda no tenga un bienestar físico apropiado si su trabajo consiste en levantar peso. En cambio, si esta persona trabaja en una oficina, por ejemplo, su bienestar físico será mayor.

Bienestar emocional

Se define como la capacidad de desarrollar conciencia acerca de los propios sentimientos y tener una respuesta asertiva ante las interacciones cotidianas. Además, incluye la autoestima, la autoaceptación, el optimismo o la capacidad de compartir sentimientos.

¿Cómo sabemos si tenemos un buen bienestar emocional? Hay una serie de indicadores que pueden ayudarnos a averiguarlo:

  • Nos responsabilizamos de nuestros propios sentimientos.
  • Podemos expresar dolor, tristeza, miedo e ira y manejar los comportamientos asociados de manera saludable.
  • Nos valoramos y apreciamos.
  • No culpamos a los demás de lo que sentimos.
  • Evaluamos de forma realista nuestras propias limitaciones.
  • Podemos hacer frente al estrés y al ego.

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Bienestar intelectual

El bienestar intelectual es el que nos impulsa a realizar actividades creativas y estimulantes. Para desarrollarlo, pueden llevarse a cabo talleres, cursos, actividades académicas, participación cultural o hobbies que amplíen los conocimientos y habilidades. Mantener la mente activa permite estimular y mejorar el bienestar intelectual.

Bienestar social

Este tipo de bienestar es uno de los más importantes. Los seres humanos somos animales sociales y, como tales, necesitamos relacionarnos con los demás para darle sentido a nuestra vida y sentirnos plenos. El bienestar social se enfoca en construir y nutrir las relaciones significativas y de apoyo que tenemos con otras personas, con grupos o con comunidades.

Bienestar espiritual

El bienestar espiritual es el que nos permite estar en sintonía con el ‘yo’ interior. Algunos de los beneficios que otorga incluyen:

  • Nos ayuda a afrontar los desafíos de la vida.
  • Da dirección y sentido a nuestra existencia.
  • Permite gestionar las crisis emocionales y espirituales.
  • Otorga coherencia entre las creencias, los valores y la conducta.

Bienestar ambiental

El bienestar ambiental se da cuando la persona tiene un estilo de vida que valora y equilibra la relación entre nosotros, la comunidad y el medio ambiente. La clave de este tipo de bienestar se encuentra en el respeto, tanto por la naturaleza como por todas las especies que la habitan.

Bienestar profesional

Se refiere a mantener las elecciones en nuestra vida que nos resulten significativas y que contribuyan no sólo al crecimiento personal, sino también al laboral. En este sentido, el bienestar profesional permite mantener una actitud positiva y experimentar satisfacción en el desarrollo de nuestro trabajo.

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Cómo fortalecer el bienestar físico

Estos son los 6 consejos para fortalecer el bienestar físico que te ayudarán a mejorar tus capacidades de cara a este 2024:

Despídete del sedentarismo

Aunque sea un tópico, tiene su razón de ser. En la actualidad, muchos tenemos un estilo de vida extremadamente sedentario tanto en el trabajo como en casa. Esto debilita nuestra fuerza, nuestra capacidad física y nuestra salud mental, puesto que el estancamiento que conlleva puede derivar, a la larga, en depresión. Para cambiar estos hábitos se recomienda salir al exterior, caminar, respirar aire puro y hacer alguna caminata, entre otros.

Prueba cosas nuevas

Existen muchas actividades culturales en las que participar. Es muy recomendable disfrutar de un ambiente festivo para aprender acerca de nuestra propia cultura o de otras, además de mantenernos activos tanto física como intelectualmente. Por eso, salir de nuestra zona de confort puede permitirnos ampliar nuestra visión del mundo y abrirnos las puertas a nuevas experiencias.

Mejora el bienestar físico con deporte

Es la piedra angular del bienestar físico. Contribuye no sólo a mejorar nuestra condición y resistencia, sino que también tiene múltiples beneficios para la salud mental. Ejercitamos nuestro cuerpo y evitamos que se atrofie, hacemos frente a contracturas, desarrollamos nuestra musculatura y autopercepción, dándonos una mayor confianza en nosotros mismos.

Experimentar deportes extremos

Aunque a priori pueda asustarnos, la práctica de actividades físicas extremas o de riesgo puede ser muy estimulante. Pueden otorgar un punto de dinamismo a nuestra rutina, a la vez que ayudan a descubrir nuevas habilidades y nos ponen a prueba. Un ejemplo de deporte extremo pueden ser las telas aéreas, el puenting, el paracaidismo o el rafting, entre otros.

Establece rutinas aptas para el bienestar físico

El caos horario no beneficia nuestra plenitud y desestabiliza nuestro cuerpo. Mantener una rutina permite sentar las bases para llevar una vida saludable y hacer frente a otros problemas como el hambre o el insomnio. Dentro del horario y la rutina que nos marquemos debemos dejar espacio para la práctica deportiva y de la actividad física.

Cultivar hábitos y aficiones saludables

La práctica regular de una afición nos permite mejorar nuestras habilidades, la confianza en nosotros mismos y la autoestima. Además, un hobbie o afición que nos mantenga activos, como el yoga, la danza u otra actividad, permiten fortalecer nuestro cuerpo. Finalmente, las aficiones son un reflejo de nuestra personalidad y nos ayudan a conocernos mejor.

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