¿Sabías que hay enfermedades que se adquieren durante la recepción de asistencia sanitaria? Hablamos de las infecciones nosocomiales, que afectan al 5 % de pacientes y suponen una morbilidad, mortalidad y carga financiera importantes para pacientes, familias y sistemas de atención médica. Amplía tus conocimientos en este tema formándote como auxiliar de enfermería y conoce el protocolo en la atención y cuidado del paciente.

¿Qué es una infección nosocomial?

Es una afección oportunista adquirida durante la estancia en un centro sanitario. Se denominan infecciones nosocomiales, según la OMS, aquellas infecciones asociadas a la atención médica (IAAS) que no estaban presentes en la admisión del paciente.

Este contagio hospitalario que puede aparecer incluso tras dar el alta. Las enfermedades nosocomiales están relacionadas con la cirugía invasiva, los dispositivos médicos permanentes y protésicos de la asistencia sanitaria moderna. No solo aflige a pacientes, también se incluyen las infecciones ocupacionales que pueden afectar al personal.

Tipos de infecciones nosocomiales más frecuentes

Las infecciones nosocomiales bacterianas son las más habituales, le siguen en frecuencia las fúngicas y, finalmente, las víricas. Las vías de infección más comunes son las vías urinarias a través de sondas, las pulmonares por uso de ventiladores mecánicos y en el quirófano por bacterias y hongos resistentes a los antibióticos y desinfectantes.

Las características de las enfermedades nosocomiales varían según el tipo de IAAS, el patógeno implicado y la gravedad de la afección. Cuando hay vías y catéter, los síntomas pueden aparecer en el momento de la infección o 48 horas tras su extracción.

La clasificación es amplia, pero teniendo en cuenta las infecciones que se producen con mayor frecuencia, según los CDC (Centros para Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos, específicamente se pueden distinguir los siguientes tipos de enfermedades nosocomiales:

  • Infecciones del torrente sanguíneo asociadas a vías centrales (CLABSI). En este caso, los síntomas más comunes son fiebre y escalofríos.
  • Infecciones del tracto urinario asociadas al catéter (CAUTI). Suelen desencadenar episodios de fiebre, sensibilidad aguda del ángulo suprapúbico y costovertebral, elevada hematuria, catéter obstruido, disuria y urgencia.
  • Infecciones del sitio quirúrgico (ISQ). En general, se observa inflamación (eritema), calor con dolor y separación de la incisión posquirúrgica. Los drenajes tras la operación pueden arrastrar material purulento. Las infecciones de órganos (y tejidos profundos) que ocupan espacio producen dolor en profundidad con hipertermia, escalofríos y leucocitosis.
  • Neumonía asociada al ventilador (NAV). Cursa al principio con fiebre, tos con esputo purulento y reducción de oxigenación arterial.
  • Infecciones gastrointestinales. Los síntomas pueden ser dolor abdominal, distensión, calambres, fiebre, náuseas, anorexia y deshidratación. Estos suelen aparecer cuando se han usado recientemente antibióticos.
  • Otras infecciones primarias del torrente sanguíneo o del tracto urinario no asociadas con el empleo de catéter.

Factores de riesgo (causas) de las infecciones hospitalarias

Los patógenos responsables de las infecciones nosocomiales son bacterias, hongos y virus que han creado multirresistencia.

El contagio es infrecuente por contacto con pacientes infectados. Está más relacionado con los procedimientos invasivos del sistema sanitario, por contaminación del instrumental médico o ambiental.

Si bien es cierto que el material puede estar desinfectado, los gérmenes son multirresistentes. Por tanto, estos patógenos resistentes pueden transmitirse por una inadecuada formación del personal sanitario sobre seguridad, medidas de protección y correcto manejo del material.

Es importante que el personal de enfermería vigile especialmente a los pacientes ancianos e inmunocomprometidos. Así, pueden sospechar que se enfrentan a síntomas de infecciones nosocomiales al observar señales de taquicardia, extremo cansancio, trastorno mental, adormecimiento letárgico, hipotensión y disfunción respiratoria.

Más que tratamiento de estas enfermedades se debe pensar en la prevención de las mismas. La piedra angular de los programas de control de infección es la vigilancia epidemiológica, es decir, la recolección de datos para elaborar paquetes de medidas de acción. En el pasado, se llevaba a cabo una vigilancia global, pero hoy el enfoque es preventivo teniendo en cuenta los indicadores de infección.

A continuación, podemos distinguir entre tres tipos de causas que pueden desencadenar las enfermedades nosocomiales: de origen bacteriano, fúngico o vírico. 

Causas de las infecciones bacterianas

Seguro que has oído hablar de la resistencia a antibióticos. Las bacterias implicadas son la causa más frecuente de IAAS, con una elevada mortandad. Destacan algunas especies pertenecientes al género Staphylococcus, Enterobacteriaceae, Acinetobacter y Pseudomonas.

Causas de las infecciones fúngicas

Los factores de riesgo para una infección fúngica suelen tener relación con el uso de dispositivos como vías centrales y catéteres urinarios. Destacan los contagios hospitalarios por hongos del género Cándida (cuarto patógeno más frecuente en todas las clases de infecciones nosocomiales) y Aspergillus.

Causas de las infecciones víricas

Las infecciones víricas son las menos frecuentes. La hepatitis B, hepatitis C y el VIH se han contagiado por maniobras imprudentes con agujas. Otras causas de infección hospitalaria vírica se deben a influenza, rinovirus, citomegalovirus, rotavirus y virus del herpes simple.

El papel del auxiliar de enfermería en la prevención de enfermedades nosocomiales

El personal de enfermería es un pilar fundamental en la aplicación de programas de control y prevención de infecciones en entornos sanitarios. De hecho, ¿sabes que el Día Internacional de la Enfermería corresponde a la fecha de nacimiento de Florence Nightingale? Esta culta y dedicada enfermera cambió los cuidados a los pacientes, y es que, sus observaciones durante la guerra de Crimea fueron decisivos en la prevención de las infecciones nosocomiales. Asimismo, Nightingale fue contemporánea de Ignaz Semmelweis (el médico que instauró el lavado de manos previo a la atención médica).

Nightingale y Semmelweis fueron precursores de los programas de vigilancia epidemiológica. Según sus observaciones, el ambiente del herido favorecía las infecciones y, por ello, el personal de enfermería tenía la responsabilidad de generar un entorno adecuado. De esta manera, vigilando de forma continuada al paciente, su higiene, la luz ambiental y que tuviese una alimentación adecuada, se redujeron significativamente las muertes por contagio hospitalario.

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