El ataque de ansiedad es un trastorno muy común y que en los últimos tiempos ha experimentado un mayor auge a raíz de la situación de la pandemia. Pero ¿en qué consiste exactamente una crisis de angustia? A continuación vemos cuáles son los síntomas, por qué se produce un ataque de ansiedad y cómo tratarlo.

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¿Qué se siente cuando se sufre un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad o crisis de pánico es un fuerte malestar que aparece de forma súbita a raíz de pensamientos y sentimientos de miedo que, en pocos minutos, alcanza su máxima intensidad. En cuanto a los síntomas, podemos decir que es una alteración que se asemeja al dolor que genera un ataque de corazón.

Cuando una crisis de angustia finaliza (suele durar de entre 10 y 45 minutos), lo más probable es regresar al estado de calma previo. No obstante, en ciertos casos, se mantiene un nivel moderado de ansiedad hasta repetirse la crisis poco después.

Síntomas de un ataque de ansiedad

  • Aumento del ritmo cardiaco: el corazón late más deprisa y fuertemente, por lo que se acelera el pulso.
  • Dificultades en la respiración: se produce hiperventilación y sensación de ahogo como en un ataque de asma.
  • Nerviosismo: el aumento del ritmo cardiaco y las dificultades para respirar generan tensión y agitación.
  • Sudores y mareos: el cuerpo nota la sensación de mucho calor y provoca sudores fríos y temblores. Con todo, se presenta una sensación de desmayo y mareo.
  • Presión en el pecho: este es el síntoma más asociado a las crisis de angustia. Es un dolor agudo y punzante, que puede aparecer cuando tenemos ansiedad constante, más allá de evidenciarse en los ataques.
  • Llanto, hormigueos y sensaciones de debilidad: es común sentir ganas de vomitar, hormigueo en las manos o en la cara, llorar o gritar de forma incontrolable o sentir aturdimiento y debilidad.

Por qué se produce una crisis de angustia

Las causas de un ataque de ansiedad pueden ser muy diversas. Los estudios indican que existe una vulnerabilidad genética, según la cual los hijos de padres con ansiedad y depresión tienen mayor riesgo de sufrir este tipos de ataques.

En su gran mayoría, los ataques de angustia están relacionados con situaciones de estrés, como consecuencia de conflictos personales, económicos, de salud o experiencias recientes con las drogas.

El ser humano, ante situaciones que identificamos como peligrosas, activa el sistema de alarma y este puede responder de tres formas: lucha, huida o parálisis. En estos casos, el cuerpo se prepara aumentando el ritmo cardíaco y los pulmones se llenan de aire, como cuando sufrimos un ataque de ansiedad.

Tipos de ataque de ansiedad

Según los síntomas y el nivel de gravedad de los mismos, podemos hablar de diferentes tipos de ataque de ansiedad que se integran en el grupo de los trastornos de ansiedad según el DSM – Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales:

Trastorno de ansiedad generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada consiste en una preocupación permanente por cuestiones específicas que generan una sensación de descontrol en la persona, produciéndole una ansiedad persistente.

Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por ideas (obsesiones) que llevan a la realización de rituales (compulsiones) de forma continua. Todo este proceso genera un nivel elevado de ansiedad y una imposibilidad de detener los pensamientos (ideas) obsesivas. Este tipo de alteración también puede incluirse en los trastornos de control de impulsos.

Trastorno por estrés postraumático

Algunas personas, cuando han sufrido una situación traumática, que les ha provocado un gran estrés psicológico, pueden sufrir el trastorno por estrés postraumático. Debido a la ansiedad derivada de estas situaciones, suelen evitar las actividades que les recuerden su experiencia.

Fobia social y agorafobia

Existen diferentes tipos de miedos irracionales que generan ansiedad en las personas. Por ejemplo, la fobia social es el miedo a las situaciones que conlleven interacción con otras personas. Por otro lado, la agorafobia se asocia al miedo de estar en espacios abiertos y/o con mucha gente, donde la persona se siente desprotegida y vulnerable.

Cómo calmar o controlar un ataque o crisis de ansiedad

Es muy importante conocer qué hacer ante un ataque de ansiedad, ya que son experiencias que generan una gran inestabilidad emocional y que hacen estragos en nuestra salud mental. Además, conocer el protocolo de actuación ante una crisis de angustia, nos puede ayudar a saber asistir a alguien que está sufriendo ese episodio.

Lo primero y más importante es procurar controlar la respiración, ya que al respirar tranquilamente se regulará el ritmo cardiaco. Si la persona que está viviendo una crisis lleva ropa apretada, es mejor aflojarla para evitar presiones. También debe encontrar una postura cómoda, que le haga sentir en calma, intentando pensar positivamente. Es importante que quien esté en esta situación no tenga mucha gente alrededor, de este modo se evita incrementar la sensación de agobio.

Si existe la duda de un trastorno de ansiedad generalizada se debe acudir al profesional médico indicado para definir un diagnóstico y pautar el tratamiento. Saber si se padece este trastorno ayuda a estar preparado para otro ataque, ya que es posible que vuelva a producirse.

Tratamiento de los trastornos de ansiedad

Los tratamientos que se utilizan para tratar la ansiedad son la terapia psicológica y la psicofarmacología; una u otra, o ambas al mismo tiempo en la mayoría de casos para potenciar la mejora en el paciente de manera integral.

Los fármacos, por su parte, son la opción más inmediata para mitigar la ansiedad, pero deben ser siempre prescritos por el psiquiatra o profesional médico indicado. En general, se emplea el uso de antidepresivos denominados ISRS, como la Paroxetina y el Escitalopram. Siguiendo la recomendación médica, el tratamiento se inicia con dosis pequeñas y se va adaptando a las necesidades del paciente.

Por otra parte, en los casos de menor gravedad se aplica la psicoterapia. En este sentido, los métodos de intervención más efectivos para controlar los trastornos de ansiedad son:

  • Terapia cognitiva conductual: se promueve la comprensión y gestión de los problemas complejos a partir de su desglose.
  • Hipnosis: permite que las personas con trastornos de ansiedad entren en estados de calma y bienestar, sintiendo un alivio inmediato.
  • Terapia EMDR: trabaja con recuerdos claves del pasado del sujeto para reducir la ansiedad.