Pasar de la alegría a la tristeza en cuestión de segundos o de la máxima motivación a la completa desgana. Las personas con inestabilidad emocional sienten este tipo de sensaciones en su día a día y esta constante variación en el estado de ánimo puede suponer un riesgo para su salud y bienestar mental. Pero ¿cómo detectar este desequilibrio? Y, sobre todo, ¿cómo gestionarlo? Si te interesa el tema, sigue leyendo y, si quieres ampliar tus conocimientos a nivel profesional, echa un vistazo a nuestro Máster en Salud Mental y amplía tu formación en Psicología Clínica.

Definiendo la inestabilidad emocional

La inestabilidad emocional es una alteración mental que se caracteriza por la notable variación en los estados emocionales de la persona. Las personas inestables emocionalmente viven en una montaña rusa de sensaciones y pueden pasar de cero a cien (y viceversa) en un instante sin un motivo de peso, o sin que este se corresponda con la intensidad de sus sentimientos.

Emociones y estados de ánimo

Por otro lado, hay que tener presente que las emociones no son equivalentes a los estados de ánimo, ya que son reacciones más intensas, variables y momentáneas ante determinadas situaciones. Mientras que, el hecho de sentirnos bien o mal de ánimo, es un estado que puede prolongarse durante semanas y que viene determinado por la función del sistema nervioso, las propias experiencias, el estilo de vida, entre otros factores.

Lo que ocurre con las personas inestables es que su estado de ánimo también varía frecuentemente como lo hacen sus emociones. Eso sí, es importante apuntar que este comportamiento no es sinónimo de padecer un trastorno, a no ser que estos síntomas vayan más allá y podamos hablar del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) o del Trastorno Bipolar.

Cómo detectar si una persona es inestable emocionalmente

Llegados a este punto, es esencial prestar atención a los señales de su conducta. Si bien es cierto que los síntomas del desequilibrio emocional pueden variar en cada persona, hay patrones de conducta que suelen ser comunes en estos pacientes:

Estados de euforia

En esta fase la persona siente una gran motivación, tiene una actitud optimista y se siente capaz de alcanzar cualquier meta que se proponga.

Tristeza y apatía

En esta etapa, se produce la desgana y la pérdida del interés y se cruza la angustia con la irritabilidad.

Intolerancia a la frustración

Este estado viene marcado por la dificultad para controlar las emociones y por una gran susceptibilidad. A ello normalmente se le suma una baja autoestima e inseguridad.

Incapacidad para ser constante en el tiempo

La persona está motivada por sacar adelante sus proyectos pero cuando entra en la fase depresiva los deja sin terminar.

Dificultad para separar los problemas

Dicha inestabilidad también supone que las personas que la sufren no sepan separar sus problemas personales de otras áreas u ocupaciones como los estudios o el trabajo.

Las causas del desequilibrio emocional

Las causas del de la inestabilidad emocional pueden ser variables, ya que intervienen diferentes factores. El estrés suele ser la causa más común de este desequilibrio, pero también influyen otros aspectos:

  • Cambios en el biorritmo de vida y del metabolismo.
  • Insomnio o problemas para concentrarse.
  • Factores genéticos.
  • La forma de educación recibida (la sobreprotección en la infancia y adolescencia, por ejemplo, puede conllevar una mayor inestabilidad en la edad adulta).
  • Síndrome Premenstrual y Embarazo.
  • Alimentación y estilo de vida poco saludable y equilibrado.

Tratamiento para alcanzar la estabilidad

El tratamiento para paliar esta inestabilidad suele basarse en la terapia para lograr un mayor equilibrio emocional en el paciente. El objetivo es que este pueda gestionar mejor su frustración y ser más asertivo. Para lograrlo, se suele apostar por la psicoterapia y métodos como la hipnosis, la terapia cognitiva o por técnicas de relajación como el Mindfulness.

No obstante, si crees que puedes sufrir este problema lo más adecuado es que acudas a un especialista para que valore tu caso y estime el tratamiento psicológico más oportuno.