Dentro de los trastornos depresivos la depresión mayor es el que todos conocemos por excelencia, pero ¿sabes qué es la distimia? Esta, también conocida como trastorno depresivo persistente, es otro tipo de depresión que muchos no conocen y que tiene unas características diferenciales respecto al trastorno depresivo mayor.

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¿Qué es la distimia y cómo tratarla?

Según la definición propuesta por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V, la distimia es una forma crónica de depresión que se prolonga durante al menos dos años.

Para definir qué es la distimia podemos decir que se trata de un trastorno depresivo persistente caracterizado por un estado de ánimo crónicamente deprimido, con un claro malestar psicológico y una evidente apatía y desesperanza.

De acuerdo al DSM-V, en este tipo de depresión crónica se dan dos o más de los siguientes síntomas durante el periodo de dos años y en dos meses continuados:

  • Falta de apetito o sobrealimentación.
  • Alteraciones del sueño.
  • Fatiga y falta de motivación.
  • Desesperanza y desilusión.
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.

Cómo salir de la distimia

El tratamiento de la distimia pasa por la combinación de la psicoterapia con el prescripción de fármacos. Eso sí, el enfoque de la intervención se adaptará a la gravedad de la sintomatología y a los requerimientos personales y de salud de cada paciente.

Por un lado, la terapia psicológica más efectiva para tratar la distimia suele ser la terapia cognitiva, enfocada a reconducir el estilo de pensamiento de la persona. Es decir, el objetivo es que esta aprenda a detectar los pensamientos y sentimientos negativos y que pueda sustituirlos por otros más positivos y realistas. En este tipo de psicoterapia también se realizan ejercicios que fomentan la autoestima y que enseñan técnicas para fomentar el bienestar mental.

Por otra parte, en cuanto al tratamiento farmacológico para el trastorno depresivo persistente se utilizan medicamentos antidepresivos para potenciar los niveles de serotonina y estabilizar la afectividad.

Causas del trastorno depresivo persistente

Ahora que sabemos qué es la distimia, cuáles son sus principales síntomas y cómo tratarla, profundizamos en los factores de riesgo.

¿Qué provoca la distimia? Según el DSM-V podemos citar las siguientes causas de carácter temperamental, genético y hereditario o ambiental:

Factores temperamentales

Las emociones negativas, la gravedad de los síntomas y la presencia de trastornos de ansiedad previos aumentan la prevalencia de padecer distimia.

Factores genéticos

A nivel fisiológico y genético se ha comprobado que los familiares con trastornos depresivos tienen más riesgo de padecer este tipo de alteraciones que la población en general. De hecho, el DSM-V apunta que la heredabilidad de estos problemas afectivos es del 40% aproximadamente.

También cabe apuntar que la distimia afecta en mayor medida al sexo femenino que al masculino. Así lo constata un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychofarmacology, el cual sustenta que ello puede deberse a aspectos hormonales.

Factores ambientales

El hecho de haber vivido acontecimientos difíciles durante la infancia y la adolescencia pueden ser signos que influencien en la aparición del trastorno depresivo persistente. Ejemplo de ello es la pérdida de los progenitores o la separación de los mismos, por ejemplo.

¿Qué diferencia hay entre la depresión y la distimia?

Distimia y depresión mayor son trastornos depresivos enmarcados en las alteraciones relacionadas con el estado de ánimo. La principal diferencia entre ambos es que en la distimia la sintomatología es menos grave y más continua que en la depresión mayor.

Asimismo, en el trastorno depresivo persistente pueden evidenciarse episodios de ansiedad. Además, en este caso, no producen síntomas psicóticos como sí puede ocurrir en el trastorno depresivo mayor.