Existen tantos tipos de sondas como necesidades de los pacientes. Este tipo de instrumentos en enfermería se emplean para extraer o introducir líquidos en el cuerpo tras intervenciones quirúrgicas,  incontinencia o retención urinaria, entre otro tipos de problemas médicos.

A continuación, te explicamos cuáles son las principales sondas y sus usos pertinentes, pero si quieres formarte en este ámbito a un nivel profesional puedes hacerlo con nuestro Curso Auxiliar de Enfermería y especializarte en este área de la salud.

¿Qué es una sonda y para qué se utiliza?

Una sonda es un tubo fino que se inserta en el cuerpo a través de la piel o un orificio natural, con la finalidad de introducir o extraer sustancias o con el fin de explorar el organismo.

Por tanto, la sonda se emplea para añadir o sacar líquido (sonda de drenaje) y, también, como método de diagnóstico y control de diferentes afecciones. Asimismo, en algunos casos puede usarse como método terapéutico.

Tipos de sondas

Hay diferentes tipos de sondas según si la finalidad es solucionar un problema intestinal, urinario o para post-operatorios. En cualquier caso, es importante cuidar la esterilización y lubrificación de este instrumento médico y tener en cuenta posibles alergias e infecciones que se puedan derivar en cada caso.

Dentro de la clasificación de las sondas en enfermería podemos encontrarnos con sondas vesicales, nasogástricas, uretrales, rectales, de oxígeno, intestinales. En este caso vamos a centrarnos en dos de las más comunes: sondas vesicales y sondas nasogástricas. 

Sondas vesicales

Las sondas vesicales se emplean para drenar y recoger orina de la vejiga.

¿Cuándo se utiliza una sonda vesical? El especialista puede aplicarla en los siguientes casos: incontinencia urinaria, retención de orina (incapacidad para vaciar la vejiga), cirugías de próstata o de los genitales y en otras afecciones como la esclerosis múltiple, demencias o problemas de médula espinal. También puede requerirse para recoger muestras de orina cuando no se pueden obtener de forma natural.

Existen tres tipos de sondas vesicales:

  • Sondas permanentes. Es la que permanece en la vejiga durante un periodo corto de tiempo o de larga duración en función de cada necesidad. Puede introducirse por la uretra o a través de un pequeño agujero en el abdomen, para llevar la orina desde la vejiga hacia afuera del cuerpo. Las sondas permanentes se renuevan normalmente cada uno o dos meses.
  • Sonda condón. Se utiliza en hombres con incontinencia y debe cambiarse cada día. Se coloca un dispositivo en forma de condón en el miembro viril desde el cual la sonda va hasta la bolsa de drenaje.
  • De uso intermitente. Su uso es ocasional; se emplea para vaciar la vejiga y después se retira.

Sondas nasogástricas

Las sondas nasogástricas se utilizan cuando el paciente o puede ingerir alimentos y líquidos de forma oral. El objetivo de este método es mejorar la ingesta alimentaria y asegurar un estado de salud nutricional favorable.

A través de la inserción de este tipo de sonda se crea una conexión directa con el estómago, facilitando la descompresión gástrica tras cirugías de estómago y obstrucciones intestinales. Asimismo, la sonda nasogástrica también permite el drenaje o limpiado tras intoxicaciones.

La introducción del tubo nasogástrico permite garantizar la alimentación y administración de varios medicamentos, así como prevenir los vómitos.

Existen diferentes tipos de tubos nasogástricos, pero estos dos son los más populares:

  • Tubo de Levin. Se trata de una sonda de única entrada que se suele emplear en intubaciones nasogástricas, aunque tiene múltiples usos.
  • Sonda gástrica Salem. Es un tubo nasogástrico de doble entrada que se utiliza para la succión intermitente o continua.