Seguro que muchos habréis oído algo sobre el Síndrome de Fibromialgia (SFM). Se trata de una patología crónica que se manifiesta con dos síntomas principales: el dolor crónico y el agotamiento profundo. ¿Quieres adquirir un amplio conocimiento sobre esta enfermedad? No te pierdas nuestro Postgrado experto en Fibromialgia.

Fibromialgia, el dolor crónico

El síndrome fibromiálgico es una enfermedad crónica, que, como ya hemos dicho, causa dolor crónico entre otros síntomas. Algunos de ellos son:

  • Percepción de dolor en situaciones que no deberían serlo.
  • Rigidez generalizada.
  • Hormigueos en las manos.
  • Sensación de hinchazón en las manos y pies.

Asimismo, hay otras enfermedades o situaciones que pueden estar relacionadas con el SFM. como:

  • Fuerte dolor prolongado en la espalda o cuello.
  • Estado de ánimo depresivo.
  • Tiroides hipoactiva.
  • Insomnio y trastornos del sueño.
  • Síndrome de Fatiga Crónica.
  • Enfermedad de Lyme.

Tratamientos y ejercicios contra el SFM y el Dolor Crónico

Aunque ya hemos comentado que la fibromialgia no tiene una cura definitiva, la ciencia sigue avanzando. La máxima de cualquier tratamiento para el dolor crónico es, precisamente, la de mitigarlo para mejorar el nivel de vida de los que sufren SFM.

Generalmente, las prescripciones se enfocan a conseguir un estado de relajación. Es este el que lleva en muchas ocasiones a conseguir que el cuerpo descanse y caiga en sueño profundo.

Asimismo, es bien sabido que una persona afectada por esta enfermedad debe seguir algunas indicaciones como:

  • Evitar temperaturas extremas
  • Estar en un entorno silencioso
  • Evitar luces intensas
  • Limitar el consumo de bebidas y sustancias estimulantes (tabaco, café, té…)

A nivel médico y farmacéutico, la fibromialgia y el dolor crónico se afrontan con:

  • Relajantes musculares: enfocados a la mejora del descanso del cuerpo.
  • Medicamentos antidepresivos: además de evitar cuadros depresivos y de ansiedad por la propia enfermedad, buscan aumentar la serotonina en el cuerpo.
  • Analgésicos: Siempre son recetados por el médico. Dependiendo del cuerpo, el caso y su estudio, son más o menos frecuentes y fuertes.