Entre los tratamientos de rejuvenecimiento facial y corporal mínimamente invasivos destaca la bioplastia. Una técnica que ayuda a definir el rostro y a eliminar la flacidez de zonas determinadas. ¿Te gustaría especializarte en este campo? Conoce esta y otras técnicas estéticas con el Máster en Medicina Estética y actualiza tus conocimientos en las últimas tendencias del sector.

¿Qué es la bioplastia?

La bioplastia – también conocida como el lifting líquido – es un procedimiento estético mediante el cual se realizan infiltraciones a partir de microcánulas con el objetivo de restaurar el volumen en los tejidos y conseguir un rostro más definido y un cuerpo más tonificado.

Se trata de una técnica que no requiere el paso por el quirófano y que, por ello, se considera que prácticamente no es invasiva. Es un tratamiento que emplea la aplicación de ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica y diferentes vitaminas para devolver la elasticidad a la piel y darle un aspecto más joven. Durante este proceso se utiliza la anestesia local en el paciente (como la que pueden emplear los dentistas en consulta) para efectuar las pequeñas punciones sin generar ningún tipo de dolor.

Tipos de lifting líquido y sus efectos

El objetivo de la bioplastia como tratamiento estético es rellenar, definir o equilibrar determinadas partes del rostro o del cuerpo para dotar a la piel de un aspecto más firme y rejuvenecedor. Veamos más concretamente cuáles son sus efectos según la zona que se pretenda mejorar.

Facial

La bioplastia facial se ocupa de tonificar el rostro y de devolver el volumen perdido en determinadas zonas que lucen un poco más caídas. Este tratamiento se aplica por debajo de los músculos faciales para conseguir un resultado más natural que el que pueden aportar los rellenos estéticos (ya que estos se realizan superficialmente en los tejidos cutáneos).

Además de restaurar el volumen en zonas específicas de la cara, esta técnica también se utiliza para disminuir arrugas, disimular cicatrices o incluso para potenciar unos labios finos o corregir la forma de la nariz (para afinarla o reducir su anchura, por ejemplo).

A nivel facial, también destaca la bioplastia de mentón que se emplea para aumentarlo e, incluso, para corregir posibles asimetrías. Asimismo, el método se puede aplicar para remarcar la línea entre la mandíbula y el cuello, o para rellenar mejillas y destacar los pómulos, entre otros fines.

Corporal

En el cuerpo, este tratamiento se puede emplear para mejorar la apariencia de las siguientes zonas:

  • Glúteos: se utiliza para aumentar su volumen.
  • Pectorales: se corrigen asimetrías o casos de hipotrofia muscular.
  • Pantorrillas: para aumentar los músculos y conseguir una mayor proporción corporal.
  • Abdomen: para reducirlo y lucir un core más tonificado.
  • Hombros: aumento del deltoides en pacientes con asimetrías musculares.
  • Dorso de las manos: se aplica para reducir el envejecimiento y la flacidez de esta zona.

Los pros y los contras del tratamiento

Como en todo tratamiento, hay que valorar los pros y los contras. Veamos primero cuáles son las ventajas del lifting líquido:

  • Como decíamos, es un procedimiento mínimamente invasivo que no causa dolor y que aporta un resultado natural.
  • Se emplea únicamente anestesia local.
  • Es un tratamiento que no requiere cortes ni deja cicatrices.
  • Utiliza rellenos biocompatibles y que son reabsorbidos por el propio organismo con el paso del tiempo.

Y para acabar, vamos a repasar sus contraindicaciones. En general es un tratamiento de medicina estética apto y dirigido a pacientes de más de 40 años, ya que es a partir de esta edad cuando la piel pierde elasticidad y colágeno. No obstante, hay que tener en cuenta qué perfiles no pueden someterse a este tipo de intervención:

  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
  • Pacientes con diabetes.
  • Personas con enfermedades de la piel.
  • Alérgicos/as a la anestesia o a las sustancias que se inyectan.