Su aparición a escena es algo confusa. Algunos atribuyen el término de la bioética al teólogo y filósofo alemán Fritz Jahr (1972), que nombró Bio-Ethik en un artículo sobre la vida de plantas y animales. Otros señalan a Van Rensselaer Potter, que en 1971 publicó un libro llamado Bioethics: bridge to the future. Sin embargo, no hay lugar a dudas que el Informe Belmont (1978) fue la materialización de esta disciplina.

Definir la finalidad de la bioética es una tarea difícil. Pero siguiendo los conceptos que recoge este informe, creado después de conocerse la peor investigación biomédica de la historia de los Estados Unidos, el Experimento Tuskegee, esta disciplina trata de estudiar y guiar el comportamiento humano ante la vida.

Si te interesa el tema y te gustaría saber más, sigue leyendo. Hoy hablaremos de los cuatro grandes principios de la bioética descritos por los filósofos Beauchamp y Childress en 1979. Además, echa un vistazo a nuestro Máster Experto en Bio Ética. Estudiarás las cuestiones y conflictos de valores que plantean algunos progresos biomédicos.

Principales fundamentos de la Bioética

Autonomía

Aplicado al ámbito de la relación médico – paciente, este principio trata de salvaguardar la capacidad de decisión del enfermo y, por lo tanto, su autonomía. Este principio pierde fuerza en el caso de que la persona no goce de su plenitud facultativa. Por ello, la máxima expresión de este principio ha dado lugar al consentimiento informado, que se ha convertido en un derecho para el paciente y en una obligación para el médico. Antes de su intervención debe obtener su consentimiento, ya sea una persona adulta o menor.

Beneficencia

Seguido del anterior principio, este principio trata de proteger los intereses del paciente. En ocasiones los médicos actúan sin respetar la opinión de la persona. Aunque hacen lo mejor para su salud, ocurre que no tienen en cuenta su palabra por su desconocimiento. Por ello, es necesario que el médico actúe baje el consentimiento del paciente, para asegurar que su deseos son respetados.

Justicia

Este principio vela por asegurar una atención igualitaria y no discriminatoria bajo ningún concepto. Así se busca dar una atención de calidad a todas las personas, sin hacer distinciones por ideología, clase social, género, orientación sexual, etc.

Aunque el concepto es claro, existen contradicciones. Este principio se aplica de forma diferente según el sistema sanitario establecido. Por ejemplo, en Estados Unidos la sanidad es privada, de modo que las personas no reciben el mismo trato y se produce una situación de discriminación económica y social.

No maleficencia

Por último, este principio exige a los profesionales médicos que actualicen sus conocimientos continuamente. Solo así se consigue ofrecer el mejor tratamiento para el paciente. Por lo tanto, obliga a los médicos a continuar investigando nuevos tratamientos para mejorar la atención sanitaria de las personas.