La anestesia dental es un clásico en el campo de la odontología, que permite el desarrollo de procedimientos al minimizar el dolor que pueden producir estos. ¿Sabes qué tipos de anestesia se utilizan y cuáles son sus efectos secundarios? Te damos toda la información sobre ello a continuación. Aunque si quieres especializarte profesionalmente en este sector puedes empezar a formarte con el Curso de Auxiliar de Odontología, donde aprenderás todo lo relativo a la salud bucodental.

¿Qué tipos de anestesia se utilizan en el dentista?

En los tratamientos odontológicos, la anestesia tiene el cometido de eliminar la sensibilidad de la zona concreta a tratar en la boca. De esta forma, se pueden hacer diferentes intervenciones y que estas sean indoloras. Para efectuar extracciones, por ejemplo, es necesario anestesiar, como también se requiere en las muelas del juicio.

Para ello, en función del tratamiento y del problema dental a abordar, se pueden emplear distintos tipos de anestesia.

Anestesia local

Según la American Academy of Pediatric Denistry (AAPD), la anestesia local es la pérdida temporal de sensibilidad (y por tanto la eliminación del dolor), producida por un agente de aplicación tópica o inyectable.

Este tipo de anestesia dental es una de las más utilizadas en intervenciones como los implantes, las extracciones o para la colocación de carillas estéticas. Su objetivo es reprimir la conducción de los nervios en zonas determinadas de la cavidad oral.

Anestesia general

La anestesia general en odontología suele utilizarse solamente en cirugías que corrigen determinadas desproporciones y alteraciones maxilofaciales. Igualmente, puede requerirse en aquellos tratamientos de colocación de implantes o extracciones que supongan una mayor complicación.

Geles anestésicos

Las cremas y geles con anestesia se suelen aplicar para adormecer zonas específicas de la boca. Se trata de una forma anestésica de uso tópico y, por tanto, su efectividad está muy concentrada y limitada. De hecho, suele emplearse previamente a la aplicación de la anestesia local.

Sedación

En cuanto a la sedación existen dos tipos diferenciados:

  • Sedación leve. Se basa en la aplicación de óxido nitroso y oxígeno mediante una mascarilla. Por lo que, al ser inhalada y no inyectada, no emplea el uso de agujas. Suele utilizarse para realizar tratamientos periodontales.
  • Sedación consciente. Se emplea para relajar al paciente y hacer más llevadera la experiencia en el dentista, sobre todo en el caso de los niños. Es un método recurrente en las cirugías de colocación de implantes dentales, por ejemplo, para reducir el temor en los pacientes.

¿Qué efectos secundarios tiene la anestesia dental?

Si bien es cierto que la anestesia dental tiene efectos secundarios, suelen ser pocos y temporales. Los principales serían los siguientes:

  • Adormecimiento en la parte posterior de la zona tratada.
  • Incapacidad para parpadear.
  • Posibilidad de que los párpados se cierren o de que los músculos de las mejillas se bajen.
  • La composición farmacológica de la anestesia puede incrementar el ritmo cardíaco durante unos minutos. Si se notan arritmias cardíacas  es importante advertirlo al dentista.
  • Pueden producirse hematomas si la aguja alcanza un vaso sanguíneo en la inyección.
  • En raras ocasiones, pueden darse daños a los nervios. Esto es que cuando la aguja alcanza el nervio de forma directa, se puede producir adormecimiento y dolor que podrían alargarse a varias semanas. No obstante, no suele ocurrir generalmente.

¿Cuánto dura el efecto de a anestesia en la boca?

La duración de la anestesia en la boca suele extenderse de dos a tres horas, pero en las zonas de la lengua y los labios el tiempo puede ser mayor.

Algunas prácticas que pueden aliviar los efectos de la anestesia en la boca son estos:

  • Masajear la zona de la boca, los labios, las mejillas y la mandíbula para estimular la circulación sanguínea y contribuir a que el efecto anestésico desaparezca más rápido. Asimismo, colocar una compresa tibia en el rostro también puede favorecer el riego sanguíneo.
  • Masticar muy lentamente los alimentos y que estos sean fáciles de ingerir.
  • Tomar mucha agua para eliminar toxinas.