En 1978, en una Conferencia Internacional de Salud, se buscó promover el modelo de Atención Primaria para así lograr un mejor nivel de salud a los pueblos. “Salud para todos en 2000”. Lo primero que hizo España fue reconocer la especialidad en Medicina de Familia y Comunitaria en 1978 (que cambio la manera de trabajar de muchos profesionales de la salud), pero lo importante vino con la aprobación del Real Decreto de Estructuras Básicas de Salud (1984).

Este cambio implicó abandonar el modelo de los ambulatorios por el de los centros de salud. Esto trajo muchos cambios, el horario de los médicos (siete horas, en exclusividad en el sistema público), y trabajar en miniequipos integrados por una enfermera y un médico residente de familia, lo que estimuló la formación.

Atrás quedaron las fichas de los datos básicos de los enfermos, para dar paso a las historias clínicas, compartidas entre todos los profesionales, y que resultaron ser más eficientes. Este modelo de sanidad permitió a los profesionales a ser mucho más proactivos en la prevención de enfermedades y el establecimiento de protocolos.

Ya han pasado 30 años de este cambio y el principiado ha premiado con la Medalla de Plata de Asturias la labor y el compromiso ético y social de todos los profesionales de la salud; médicos de familia, urgencias y pediatría; enfermeras y mil profesionales de departamentos sanitarios y no sanitarios (celadores, fisioterapeutas, trabajadores sociales y personal administrativo).

 


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